viernes, 15 de mayo de 2015

Comentario de Ortega. Texto 5º.



1.- Exponga la temática del texto (líneas 155-163).


En este fragmento, perteneciente a la obra “El tema de nuestro tiempo” (1923), y más en concreto al capítulo “La doctrina del punto de vista”, Ortega plantea el carácter perspectivista de la realidad y del conocimiento. Ortega pone de manifiesto la diferencia entre su teoría del conocimiento, el carácter vital de su teoría (raciovitalismo) y la teoría del conocimiento racionalista, sustituyendo el sujeto universal y abstracto del racionalismo por una razón vital, concreta, individual, que forma parte de la vida. Y por vida entiende, no solo la vida de cada persona, sino también la de un pueblo o una época. Las tres (persona, pueblo, época) son vidas individuales, porque son totalidades indivisibles, aunque tienen un grado creciente de amplitud. En la vida reside la verdad. Hacer esa afirmación puede parecer contradictorio, pero no lo es. Todo conocimiento verdadero es conocimiento desde una perspectiva. Si no tenemos en cuenta otra perspectiva, que es lo que se suele hacer en un primer momento, o sea, mientras la formulamos, la verdad es inmutable. Si dentro de la misma perspectiva afirmáramos cosas distintas, incurriríamos en falsedad. El problema es que hay diversas perspectivas, porque la realidad cambia, se desarrolla. Como en cada perspectiva hay un trozo de verdad, esa verdad que se nos presentaba como inmutable tiene que complementarse con otra u otras. La complementariedad de unas verdades con otras lleva a una unificación progresiva. Y en esa unificación progresiva consiste la “omnímoda” verdad, que solo podemos alcanzar poco a poco, paulatinamente, a través de la historia.

El “error inveterado” del realismo ingenuo y del idealismo es que existe una realidad independiente del sujeto. Ambos tratan las cosas o las ideas como identidades, es decir, como naturalezas, perennemente constituidas. Cuando el racionalismo se ve obligado a reconocer que una cosa existe porque depende de mí (dependencia del sujeto, que, junto a la tesis de la supremacía de la conciencia, hace del idealismo un subjetivismo), añade un razonamiento de corte realista: su realidad es algo  independiente. Pero ahora lo independiente es mi pensamiento, el sujeto pensante cartesiano, que además se interpreta como res cogitans, como una cosa que piensa. Es decir, el idealismo mantiene además la tesis realista al interpretar la conciencia y el yo como una cosa, todo lo importante que se quiera, pero cosa. Pero el ser humano no es una cosa; es falso hablar de la “naturaleza humana”. La vida humana no es una cosa, y por eso, no tiene naturaleza, sino que tiene historia.

2.- Justificación desde la posición filosófica del autor.

Por otro lado, el relativismo sostiene que el sujeto presenta una visión deformada de la realidad. Pero el ser viviente, el sujeto, ni es un medio transparente, un yo “puro” y aislado ni deforma la realidad cuando la percibe, sino que selecciona entre la realidad que le circunda aquellas cosas que puede captar. La relacionalidad de la naturaleza con respecto a intelecto no tiene realidad, a su vez, considerado aparte (error de todo idealismo), salvo funcionando en una vida humana. Tanto la naturaleza como el intelecto son relativizados por la única realidad radical, que es la misma vida humana. La realidad radical no es la conciencia, el sujeto, como creía el idealista o racionalista en contra del realista, sino la vida, que incluye, además del sujeto, el mundo.


La realidad radical es, pues, nuestra vida, la de cada uno en particular. El pensamiento es un fragmento de un sujeto determinado que, sencillamente, vive. El ser definitivo del mundo no es materia ni alma, sino una perspectiva. La perspectiva es una condición gnoseológica de lo real, puesto que la estructura de la realidad sólo se nos presenta desde distintos puntos de vista (como dice Ortega en este fragmento) que, a su vez, necesitan integrarse en múltiples, caras o facetas. La perspectiva, a pesar de ser única e intransferible, no aspira en modo alguno a absolutizar el mundo, sino que, como sabe que el mundo es precisamente una pluralidad de perspectivas, sólo se considera un punto de vista más.....

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