Comentario de un texto de Ortega (III).
1.- Exponga la temática del texto (líneas 58-85)
En este fragmento, perteneciente a la obra “El tema de nuestro tiempo” (1923), y más en concreto al capítulo “La doctrina del punto de vista”, Ortega continua con la crítica al racionalismo y al relativismo. Ortega añade a la imagen de “medio transparente” la
noción de “yo puro”, procedente de la tradición kantiana, para resaltar su carácter
universal y su aislamiento de la experiencia, siempre cambiante. Sorprende que
no se sirva de imagen o noción alguna para criticar al relativismo. Frente a ambos Ortega propone una doctrina
intermedia. El sujeto humano actúa ante la realidad como si fuera un cedazo o
retícula, que solo deja pasar lo que de aquella se ajuste a las medidas de ese
cedazo o retícula, que son sus propias capacidades. Este sujeto-retícula es muy
diferente del ente racional fabricado por el racionalismo, que pretende captar
la totalidad de lo real. También es muy diferente del sujeto que defiende el
relativismo (aquí vuelve a faltar una noción precisa que lo defina), porque no
se inventa la realidad, no convierte la realidad en una ilusión fabricada por
él mismo. Entre los elementos que selecciona no solo están las verdades, como
podríamos supones, sino también los fenómenos y los hechos. Son las capacidades
del sujeto las que permiten que las cosas que componen la realidad puedan
convertirse en fenómenos o hechos dignos de tenerse en cuenta.
Para ilustrar esta nueva concepción del
sujeto, Ortega recurre a la teoría psicofisiológica de los umbrales
sensoriales. Todos nuestros sentidos tienen un umbral máximo y un umbral
mínimo, por encima o por debajo del cual es imposible la sensación. La vista
sólo reacciona ante estímulos situados entre los rayos infrarrojos y los rayos
ultravioletas, o sea, está limitada a la gama de colores del arco iris. Lo
mismo sucede con los sonidos. El oído sólo es sensible a vibraciones de entre 20
y 20.000 ciclos por segundo. Gran parte de esas ondas electromagnéticas quedan
fuera de nuestra sensación, pero las que caen dentro de los umbrales son tan
reales como las que están situadas más allá. Ortega no extiende la comparación
psicológica mas allá, porque ello le obligaría a precisar el concepto de
realidad e introducir distinciones que ahora, por afán de claridad, no
considera conveniente hacer. Los hará más adelante. Pero es importante destacar
que ese abanico de estímulos que consigue penetrar en el sujeto no forma un
conjunto caótico, sino una estructura con sentido. Y sólo así el sujeto sabe de ellos.
2.- Justificación desde la posición filosófica del autor.
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